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viernes, 3 de marzo de 2017

Cómo acabar con una monarquía

La película "Sissi enfrenta su destino" descubre el talón de Aquiles de las monarquías y los imperios. Si ningún ciudadano aplaudiera a los miembros de la Familia Real en sus actos oficiales, el mundo tomaría nota y la monarquía se desmoronaría. El miedo a perder el respeto de sus súbditos, a que les dejen mal en público,  y que la comunidad internacional  se haga eco de ello, pesa como una losa.

Emperador:  Este silencio tan elocuente es más despectivo que un atentado.

Sissi: No debes extrañarte de la actitud de estas gentes, si conocen tu nombre es por las sentencias de muerte que has firmado.

Emperador: Si, tienes razón, se han cometido muchos desmanes. Rayevsky pecó de cruel y mi hermano de tolerante.

Sissi: Por eso intenté disuadirte de este viaje. Te hubieras evitado la humillación.

Emperador: Ahora viene el momento crítico, el paso a pie hacia la catedral de San Marcos, daría la vida por evitarlo.

Sissi: No te preocupes Francisco, más penoso fue el camino de Baviera y lo hice gustosa por ti.

Vean la película a partir de 1:37:00



Las monarquías siguen deslumbrando a algunos (cada vez menos) por su boato ornamental, sus ceremonias, actos oficiales, bodas, etc. Le quitas eso y te das cuenta de que no hay nada detrás más que una absurda fachada de elitismo hortera.

Además de todo lo mencionado anteriormente, el talón de Aquiles de la monarquía española es ser garante de la unidad de España. Si la unidad de España se rompe.

Los demócratas catalanes son conscientes de que la monarquía es un obstáculo para el ejercicio de la la autodeterminación de Catalunya.

Por eso, un empresario catalán, de nombre Àlex Fenoll, se negó a dar la mano a Felipe de Borbón mientras saludaba a una serie de congresistas dispuestos en fila durante el Mobile World Congress (MWC) de Barcelona hace unos años. Algo que le debió joder un huevo, lo mejor de la escena fueron los escoltas que decía a la persona que estaba grabando la escena que no se  podía grabar vídeos.



Y algunos se preguntarán ¿Es una falta de respeto? Para mí no ¿Acaso los catalanes puede votar en referendum ser soberanos o decidir si quieren tener un rey?. Como al pueblo catalán no se le permite votar y decidir que modelo político quieren para su país, lo único que puede hacer es mostrar su repulsa en público y hacerles ver que no quieren saber nada del régimen de 1978.




La monarquía es una tradición y como dijo Letizia: las tradiciones están para romperlas. Los demócratas catalanes siempre andan varios pasos por delante que resto de ciudadanos indignados con este paradigma político absurdo llamado monarquía parlamentaria, que humilla mucho y parlamenta poco.

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